No a las peleas de perros
miércoles, 25 de julio de 2012
EL ORIGEN
Al inicio estos perros eran usados para pelear contra toros, para lograr esto
al toro se le arrojaba agua hirviendo en las orejas para hacerlo más violento,
posteriormente se soltaba a él y a los perros, para ver cuánto podían aguantar
colgados de alguna parte del toro. Después de que el toro moría, el perro no dejaba
la presa (morder), por esto se apostaba cuantas extremidades se le podían
amputar al perro.
Posteriormente
cuando peleaban contra osos a estos se les cortaban las garras y los dientes, y
al perro se le protegía su cuerpo con una especie de armadura.
Ya
en otra época, estos perros eran usados para trabajar en las minas, ya que su
gran fuerza y pequeño tamaño eran perfectos para jalar carretas.
Las
peleas de perros han sido documentadas en la historia de muchas y diferentes culturas, y presume de haber existido
desde el comienzo de la domesticación de animales. Muchas razas han sido adiestradas específicamente
en fuerza, actitud y aspectos psicológicos que les hacían los mejores perros
para la lucha.
Los historiadores especulan que la migración humana a gran escala, el desarrollo del comercio, y los regalos entre las
cortes reales de perros valiosos que luchaban facilitaron la extensión de razas
de perro luchadoras. En muchas campañas militares se utilizaron perros para la
lucha pero también se ofrecían grandes perros como regalos reales.
Los
deportes sangrientos que incluyen el enfrentamiento entre animales han ocurrido
desde la antigüedad, los más famosos fueron en el Coliseo en Roma durante el Imperio Romano. Durante más
de seiscientos años continuaron alcanzando su apogeo en el siglo XVI, los
diferentes tipos de animales empleados permitieron el desarrollo de las razas y
las formas anatómicas básicas de perros que vemos ahora en la actualidad.
Las
peleas de perros han sido populares en muchos países y aún se práctica legal e
ilegalmente alrededor de todo el mundo.
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